martes, 31 de enero de 2012

Cigarrillos

Alguien quiere intentar esto?


Ve hacia algún baño de alto tráfico. Debe ser un baño donde haya estado mucha gente, o no habrá la suficiente energía latente residual para poder hacer esto. El baño de un hotel es perfecto. Asegúrate que es después de las 00:00, y asegúrate de que lleves dos cigarrillos. Entre más fuertes sean los cigarros, más probabilidades de éxito tendrás. Siéntate a obscuras y fúmate uno de los cigarrillos; asegúrate de que haya un espejo y que puedas ver tu reflejo siempre. La cereza del cigarrillo encendido te debe dar la luz suficiente para esto. Cuando te hayas fumado más o menos tres cuartos del cigarrillo, el cuarto deberá estar lleno de humo. Tus ojos probablemente se pondrán llorosos, pero no parpadees. No quites la vista de tu reflejo en el espejo por nada del mundo. Si parpadeas, todo lo que hayas hecho hasta ahora será en vano.


Te darás cuenta de que tu reflejo se desvanecerá en la obscuridad. Sin embargo, la cereza del cigarro se separara en dos ojos rojos. El humo del cuarto se empezara a condensar y antes de que te des cuenta de lo que ha pasado, una figura estará sentada a tu lado. Te pedirá un cigarrillo, dáselo y se encenderá por si sólo en cuanto lo lleve a donde su boca debiera estar. En este momento puedes preguntarle lo que tú quieras, y siempre te dirá la verdad. Puedes preguntarle sobre quién mató a JFK o quién era Jack el destripador. Cualquier cosa que se te ocurra. Asegúrate de estar pendiente de cuánto ha fumado del cigarrillo; cuando esté a punto de acabársele, el humo de tu cigarro empezará a definir más de sus facciones, haciéndolo mas material que etéreo.


En este momento, párate y arráncale sus ojos de un movimiento. La figura deberá ser en su mayoría humos, así que tus manos atravesarán su cabeza. Si dejas que termine su cigarro, él te atacará, seguramente tomando tu vida. La figura te gritará e insultará, y la mano con la que arrebataste sus ojos te arderá intensamente. ¡No abras tu mano! Aunque los ojos se hayan casi desvanecido, pueden aún ver; corre hacia el interruptor de luz y préndelo. Esto desvanecerá a la forma física de la figura y lo regresará a su forma etérea. Abandona el cuarto, y espera hasta después de las 3:00 AM para abrir tu mano. Probablemente el ardor sea insoportable, pero si abres la mano, todas las luces de donde estés se apagarán, permitiéndole a la sombra regresar y tomar venganza. Quizás tengas marcas en la palma de tu mano cuando la abras, aunque ya cauterizadas.


A partir de ahora, no podrás nunca estar en un cuarto a obscuras con un espejo, porque la figura podrá seguirte gracias a las marcas en tu mano. Después de esto, quizás sientas más frío de lo normal, sin importar lo cálido del lugar donde estés. A partir de ahora, tendrás muchas pesadillas, pero en ellas, tendrás la habilidad de una especie de sexto sentido. Podrás ver eventos futuros cercanos, quizás cosas horribles. Cosas que solo tú sabrás y nunca podrás detener.


Supongo que es un pequeño precio a pagar por el conocimiento absoluto…




Fuente: Creepypasta

lunes, 23 de enero de 2012

Primogénito

La noche se sentía un tanto incómoda, incluso en la acostumbrada soledad del campo aquel. Un granja, animales, arboles frutales, madre e hijo. La cena ya se había servido, pero se enfriaba ante la ya aún más fría mirada de ambos, sentados, en silencio.


No había aire puro, no había intenciones santas.


Aquiles miraba de reojo a Mirna. La misma Muerte se sentiría incómoda ante tal escena; una relación sepulcral, que venía arruinándose desde hace un tiempo hasta aquí.


—Han desaparecido un par de animales más, hijo. Necesito que pongas más ojo durante las noches, las cosas no andan muy bien.


—Lo Tengo claro, Mirna. Aún no logro pillar al bastardo que se los roba.


Un par de bocanadas y Aquiles se retiró de la mesa sin decir nada más. Mirna sollozaba en silencio mientras caminaba hacia su habitación. Se preguntaba qué era lo que pasaba con su retoño, en qué cosas andaría metido. Más que mal, él era su única familia después de todo.


También en silencio, dentro de uno de los establos y refugiado en la oscuridad del campo abierto, Aquiles tomaba un cerdo y de una certera estocada en el corazón, apagaba su vida. Aprovechando las pulsaciones post-mortem, rebanaba el cuello y dejaba que la sangre cayera sobre una copa dorada.


El ritual debía ser rápido. Su madre dormida no escuchaba los pasos hacia el comedor en medio de la noche, donde yacía la puerta hacia el subterráneo, del cual Mirna no sabía absolutamente nada.


El cadáver del cerdo fue colgado en la pared. Animales podridos repartidos en toda aquella habitación, sangre seca y óxido llenaban el lugar. Jaulas, huesos… cosas indescriptibles. Un pentagrama y velas daban el toque final. Un Mundo totalmente alterno, lleno de muerte y asquerosidad, lleno de pretensiones y ambiciones de riquezas. Aquiles bebió la sangre e invocó a Baal.


—Oh, Señor de lo Material, la sangre de un animal puro a través de mi cuerpo, para ti.


El negro se apoderaba del lugar. Oscuridad total y un ruido de golpe seco. Del cerdo ya no quedaba nada salvo algunas tripas y huesos, y en la espalda de Aquiles, la marca 6, de 7. Los gritos de dolor se apagaban por las ganas de tener el ansiado poder, el ansiado dinero. Debía soportar un ritual más, sólo un sacrificio más. El más grande.


Mirna no sabía de donde provenían aquellos olores. Tampoco sabía por qué carajo le faltaba un cerdo, y menos por qué la producción de su granja aumentaba poco a poco. No tenía sentido. Miraba a su hijo de forma tierna, lo amaba a él y a su granja, a pesar de las extrañas costumbres y actitudes que su primogénito.


Oscuro, siniestro. Tradición familiar que había dejado de traspasarse, pero que gracias al diario de su bisabuelo, había recuperado. Baal proveería lo que faltara, a costa de 7 sacrificios. Pero Baal es un demonio exigente y para nada conformista. La última de las entregas debía ser grande, debía doler… La granja tiene que prosperar de algún modo, ¿no?


Cayó la noche, y con ella, aires de que algo malo podría pasar. Aquiles no despegaba la mirada de Mirna. Ella apenas había probado la cena, el hambre no era más que una mera ilusión.


—Necesito mostrarte algo, madre. Tengo una sorpresa para ti.


Mirna se mostró algo inquieta.


—Dime qué es lo que quieres… ¿Qué es lo que te pasa, hijo?


—Sólo sígueme, ¿quieres?


Aquiles tomó a su madre de la mano y paso a paso la llevó hacia una pequeña puerta, escondida debajo de un mueble de aquel comedor. La luna oscurecía poco a poco, los animales gritaban y el primogénito sonreía de placer. Se lamía los labios y murmuraba por lo bajo. Mirna estaba asustada, pero confiaba que su pequeño le daría una sorpresa, a pesar de que ya no había por qué pensar cosas buenas de nada.


Cerró la puerta con cerrojo. Mirna dio la vuelta y miró horrorizada a todos sus animales, uno por uno, podridos y colgando, adornando el lugar de forma lúgubre y magnífica. La belleza retorcida no era apta para todos, y eso Aquiles lo sabía de memoria. Mirna miró de vuelta a su hijo con terror, decepcionada, asustada.


—Será corto, Madre. Evitaré hacerte sufrir demasiado.


—Así que esto era… Así que en esto se iban mis animales… mi granja, todos los sacrificios…


Lágrimas brotaban de los ojos de Mirna. Y una sonrisa se escapaba de los labios de Aquiles. No había gente en kilómetros a la redonda. No había nada con que defenderse. No servían las oraciones ni las plegarias. Dios no existía en ese lugar, y menos, la esperanza.


—Piensa que serás una inversión a largo plazo, mamá. Ahora quédate quieta…


Un cuchillo de impecable filo hacía acto de presencia entre las manos asesinas del Primogénito. Murmullos y voces salían de las paredes. Los cadáveres en las paredes se retorcían y reventaban en pus y sangre. Y el pentagrama, listo y presto a recibir el nuevo sacrificio.


Aquiles tomó a su madre y comenzó un forcejeo. Gritaban, peleaban, el cuchillo buscaba el corazón esquivo de Mirna, quien luchaba con cada pedazo de su alma por salir viva de esto. Arañazos, cortes, magulladuras, golpes, ya no quedaban energías para mucho más. El lugar ardía en calor y Baal ya empezaba a impacientarse. Los cadáveres chillaban aún más, desesperados, expectantes como el mismísimo Demonio. Lamentablemente para Mirna, las fuerzas no eran suficientes, y antes que una ráfaga furiosa apagara las velas y dejara el lugar a oscuras, vio el cuchillo justo delante de su pecho.


El Sacrificio ya estaba hecho.


Las velas encendieron como una explosión, y Baal flotaba en medio del pentagrama. Aquiles vio que su cuchillo ya no estaba en la mano, sino que enterrado su pecho, seguido de un tajo inmenso. Brotaba sangre a mares y las pulsaciones prácticamente se habían desvanecido. Se sentía débil y mareado. Peor fue su sensación cuando vio a su madre con un corazón en la mano derecha y una copa dorada rebosante de fluidos corporales en la izquierda.


—Sabías que los demonios pagan mejor con el primogénito de un Linaje, ¿no?


Mirna miró sonriente a su hijo moribundo. Se acercó a él y lo besó en la frente. En su espalda, una herida se abría, y Baal tomaba la sangre y el corazón.


—Eram quod Es, Eris Quod Sum, hijo.


Baal, terminando de beber y comer, tomó el cuerpo de Aquiles y lo desfiguró, dejando solo la piel y uno que otro órgano vital.


Mirna apagó las velas y terminó el ritual dando murmullos y agradeciendo al Señor de la Materia. Cerró el lugar para siempre.


Salió y miró con cariño a sus animales dormidos en las tinieblas del lugar maldito. No necesitaría sacrificarlos de nuevo. Por lo menos hasta que las cosas no anduvieran muy bien.


Fuente: Creepypasta

domingo, 22 de enero de 2012

The holders

The holder of song (El portador de la canción)


En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar aquella que se hace llamar “The Holder of Song”. Serás entonces guiado a una puerta solitaria que dirige hasta una larga y ventosa escalera. Rotará más alto que el tamaño del edificio; al final hay una puerta que abre paso a un corredor.


Una repentina ola de calor te envolverá al abrir la puerta. Procede bajando por el corredor; eventualmente sentirás mucho más frio. Entonces deberás permanecer perfectamente inmóvil y no hacer sonido alguno. Si oyes a un bebé llorando, voltéate y regresa. No te sobrevendrá ningún daño, pero el llanto del bebé te seguirá dondequiera que vayas. Si lo escuchas por el resto de tu vida, considérate afortunado; pues cuando se detenga, tu primogénito morirá.


Si no hay llanto y el calor regresa, procede hacia la puerta al final del corredor y ábrela. El cuarto delante estará bañado en luz verde. En el centro estará una anciana dando cuerda a una caja de música que no produce sonido. Ambas de sus piernas han sido cercenadas por las rodillas. Cuando le hables, debes verle a los ojos. Esconde una lanza confeccionada a partir de los huesos de sus piernas; desvía tu mirada, y te apuñalará con ella y te dejará, en una aparente interminable agonía, sangrando hasta morir. Sólo responderá a una pregunta “¿Cuál era la canción que ellos tocaban?”


La anciana comenzará a cantar. La canción estará en un lenguaje diferente, pero la melodía será la más hermosa que jamás hayas oído; paz y serenidad inundarán tu mente, cuerpo y alma. De pronto, sin aviso, podrás ver, en vívido detalle, la imagen de niños jugando y cantando despreocupados, tan inocentes como pueden ser. Pese a que la escena se ve serena y placentera, eventualmente tomará un terrible, siniestro giro. Los niños comenzarán a luchar entre sí. Pronto, ellos intentarán matarse unos a otros de las maneras más brutales imaginables. Ellos se clavarán entre sí en afilados postes de madera, se mutilarán con punzantes rocas, e incluso arrancarán la carne de sus cuerpos con sus meras manos. La imagen entonces mostrará a estos niños, ahora desfiguradas copias de sí mismos, esparciendo la muerte y destrucción más terrible que hayas imaginado. Verás a un niño desnudo, empapado en sangre, cantando con deleite mientras corre a través de un páramo infernal, siendo perseguido por monstruos indescriptibles. Ellos lo atraparán y destruirán completamente, con la canción todavía pronunciándose desde sus triturados labios hasta el final. A pesar de estas escenas de horror y brutalidad, permanecerás calmo y pacífico en todo momento; aunque no sabrás por qué.


Cuando estas terribles visiones terminen, un intenso dolor embestirá tu pecho. Tu corazón se sentirá como si estuviera a punto de explotar. Aún así, no debes romper el contacto visual con la anciana, el hacerlo invitaría a que tales horrores venga a ti que un corazón a explotando sería comparable al paraíso. Si te mantienes firme con tu mirada, el dolor eventualmente cesará. La mujer se pondrá de pie (aunque no sabrás como) y dejará la caja de música en tus manos.


La caja de música es el Objeto 6 de 538. Cuando su canción toque de nuevo, todos ellos volverán juntos.


The Holder of the Path (El Portador del Camino)


En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “The Holder of the Path”. El empleado hará su mejor intento para mantener una mirada de indiferencia en su rostro mientras te entrega una llave la cual, según explicará, pertenece a un cuarto de suministros descontinuado en el edificio; si sólo fuera así de simple. Cuando localices y abras la puerta correcta, encontrarás un estrecho y ventoso camino suspendido en un vacío interminable, sólo ocasionalmente interrumpido por las masivas siluetas de seres que es mejor no describir.


Caer del sendero es ser lanzado fuera de la realidad misma. Una eternidad de pesadillas de inconcebible terror le espera a cualquiera que caiga al vacío ya sea por su propio error, o por ser arrastrado del camino por las inmortales monstruosidades que residen en las afueras de la creación. Si alguna vez sientes como si estuvieras siendo observado mientras pasas a través de este tramo olvidado, lo mejor que puedes hacer es inmediatamente congelarte en el lugar y retener el aliento. Continúa así hasta que, o tu audiencia pierda interés en ti, o se aproximen reclamándote como suyo. Si ocurre lo último, siéntete libre de gritar tan fuerte como quieras, aunque tus gritos caerán en oídos sordos.


Eventualmente el paso acabará en una puerta; al abrirla encontrarás un pequeño y polvoriento cuarto. Apoyado contra la lejana pared estará un muy demacrado cuerpo; lo vestigios que restan de su piel han gravemente sido consumidos por la necrosis. No habrá nada más inusual con él a menos de que te le acerques y preguntes “¿Cómo adquirieron guardianes?”


Si dicha línea es pronunciada, el “cuerpo” comenzará a moverse. Una sutil luz roja emanará de las cuencas de sus ojos al instante que alce su cabeza y comience a relatar la larga y macabra historia de los Holders. Hablará de pactos profanos y atrocidades impronunciables. Conforme pasa el tiempo, su historia tocará cada forma de maldad conocida por el hombre o Dios (y luego algunas más). Además, si le es dado el nombre de cualquier Holder, revelará su historia y el significado del Objeto que protege.


Bueno, de casi todos los Holder. Verás, él nunca entrará en detalle sobre sí mismo. Esto es porque el espectro espera que el visitante no pregunte por qué pareciera que carece de un Objeto. A decir la verdad, su Objeto fue de alguna manera sellado en el interior de su cráneo, y el siniestro destello dentro de las cuencas de sus ojos es realmente la luz brillante del Objeto atrapado dentro.


Ese es el Objeto 7 de 538. Su Holder hará lo que sea para mantenerte lejos de él.


The Holder of Weatlth (El Portador de la Riqueza)


En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “The Holder of Wealth”. El empleado alzará una ceja, como si estuviera confundido por tu pedido. Pregunta una segunda vez, se encogerá de hombros y te llevará por la calle, donde una opulenta mansión espera. Esta mansión no estaba ahí cuando iniciaste tu búsqueda, pero es mejor que no te preocupes por el origen de la mansión. Su dueño preferiría no ahuyentarte.


Dentro de la puerta principal estará una gran escalera en espiral yendo hacia arriba a través del vestíbulo. Las paredes estarán cubiertas por finas pinturas, y una gran estatua de mármol estará situada en un pedestal por la base de las escaleras. Los rasgos misteriosos de la estatua evocarán la imagen de una realmente horrible bestia, a la vez alienígena y funesta. Admírala cuanto quieras; pero no la toques, a menos que desees despertar a este hambriento monstruo.


Asciende la escalera. Mientras no toques nada, no estarás en peligro. No entres en pánico. A la cima de las escaleras estará una pequeña y humilde puerta de madera. Se abrirá para ti, siempre y cuando no tengas miedo.


Verás a un hombre con una pequeña barba puntiaguda y un recortado cabello alineado con gel detrás de un gran escritorio de lo que parece ser caoba. Su traje parecerá ser tanto de carne humana como de seda italiana. Es posible que hable, y con gran longitud. Hablará sobre su asombrosamente bella casa y su encantadora estatua descansando en la planta baja. No lo interrumpas, y no respondas ninguna de las preguntas que pueda hacer. Cuando acabe, ármate de valor y confiadamente pregunta, “¿Puedo tener mi salario?”


El procederá a explicarte, en gran detalle, el valor de la vida. Hablará de cosas peores que la muerte, y te dirá exactamente que espera que hagas. El fabuloso interior del cuarto se roerá, y el piso se convertirá de tejido francés a heces. Su propia apariencia se volverá inimaginablemente ciclópea y terrible. Él entonces sacará una pequeña nota bancaria dentro de su traje de humano y te la dará.


Esa nota es el Objeto 8 de 538. Su Holder cuenta contigo para que lo gastes.


The Holder of Wisdom (El Portador de la Sabiduría)


En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “The Holder of Wisdom”. El empleado reirá por lo bajo y serás guiado hacia un cuarto vacío. El empleado te dará una llave y dirá que esperes un momento en el cuarto hasta que oigas el ruido de una campana. Entonces tendrás que asegurar la puerta; espera hasta una segunda campanada y quita el seguro.


La puerta se abrirá por sí misma y revelará un largo pasillo, con todos los colores que quizá o quizá no conozcas pintados en las paredes, techo y piso. Sigue el pasillo hasta que oigas a una pequeña niña cantando. Detente, cierra tus ojos y espera donde estás hasta que la niña acabe su canción, incluso si crees que te llevará a la locura. Si haces un movimiento, corre. Corre de vuelta a la puerta de donde viniste, lo más rápido que puedas. Salta por la ventana en el cuarto donde esperaste antes y quizá puedas vivir. Si no llegases a la ventana a tiempo, serías arrastrado de vuelta al pasillo por algo que no es una pequeña niña, tirado en temor hasta que el tiempo mismo acabe, por siempre sintiendo el dolor de cada alma llevada a una tumba prematura.


Si no te mueves y la canción cesa, eres libre de dar la vuelta e irte por siempre, o caminar más profundo en el pasillo, hasta que llegues a una puerta con la figura de un humano. Ábrela con la misma llave que te fue dada antes, camina dentro y ciérrala detrás de ti. En el centro del cuarto verás un escritorio con una brillante candela y tras el escritorio estará sentado un hombre, con su cara escondida por el resplandor de la vela. Camina más cerca, pero siempre mantén la flama entre ti y la cara del hombre; si es que vieses cómo luce, tu mirada será atada a la suya hasta que tus manos hayan removido cada rastro de piel de tus huesos.


Detente cuando estés a cinco pasos del escritorio. El hombre levantará su mano y te hará un gesto para que te acerques, pero no des ni un paso más allá. Cierra tus ojos y haz sólo una pregunta, nada más. “¿Quién los pondrá juntos de nuevo?” Oirás al hombre levantarse de la silla y comenzará a rezar. Es un lenguaje que no entenderás al principio, pero después de dos minutos, oirás un nombre. Si escuchas “Anubis”, entonces reza por una muerte rápida. Si es “Thor” lo que oyes, puedes abrir tus ojos. La cabeza del hombre estará en el escritorio, cortada del cuerpo, pero seguirá hablando. Después de tres minutos, se detendrá y comenzará a contarte cómo morirás. Describirá cada minuto de tu terrible muerte, y no podrás moverte en lo que dure. Al final, describirá al que te robará la vida, e irá en gran detalle sobre por qué es necesario que te preguntes qué es peor: tú siendo asesinado, o que te sea permitido seguir viviendo.


Finalmente, la cabeza del hombre parará de hablar. Es el objeto 9 de 538. Está en ti que hacer con el conocimiento de tu muerte, por ahora es inevitable.


The Holder of Ambition (El Portador de la Ambición)


En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “The Holder of Ambition”. El sonido que saldrá de la boca del empleado será tan vago, y simulará tan poca reacción, que quizá no estarás seguro de si hubo alguna reacción en absoluto. Te guiará hacia una escalera que se desplaza sólo hacia arriba, y está iluminada por muchas ventanas.


En la cima de esa escalera, el empleado te dejará viajar por el corredor solo, y la calma del pasillo iluminado por las ventanas pasará a ser un ambiente inquietante y perturbador. Si acaso ves una sombra viajar por la pared, no la sigas, pues a la única parte que te guiará será donde no quieres ir, a un lugar donde no tienes esperanza de volver, a un lugar donde están tus acallados miedos y fracasos. No importa qué forma tome, cómo fastidie y burle tus sueños con tus más grandes deseos y esperanzas; ni siquiera dejes a tus ojos tentarte hacia donde va. Si llegas hasta el final del pasillo sin perder de vista tu meta, verás una puerta sin cerradura, manilla, ni obstrucciones, esperando por ti con una suave luz.


Si eliges no entrar en ella, sólo camina de vuelta por donde viniste sin husmear por ahí o en otros cuartos, o te encontrarás con la sombra y lo que esconde. Si pasas por la puerta, encontrarás un cuarto iluminado por ventanas que cubren toda la amplitud de las paredes, brillando con una luz que parece estar lejos de ser tan natural como el sol y luna. En el centro del cuarto habrá un alto y aparentemente saludable hombre, parado desnudo y mirando en la luz. Su cuerpo está cubierto con incontables tatuajes y cicatrices, donde nada de su piel es reconocible a como una vez fue además de su rostro. Si miras donde él lo hace, no verás nada, ni aprenderás nada. Él no reaccionará ante ninguna acción o palabras más que a la pregunta “¿Qué los une?”


El hombre se dará vuelta para mirarte a los ojos. No te encuentres con su mirada, o te perderás en sus desalmados ojos por la eternidad si no estás preparado. Si puedes recibir su mirada sin el menor rastro de duda en tus intenciones, comenzará a hablar en bajo tono, hablando casi como si toda su historia fuera cómica o no significa nada importante; pero no te debes perder ninguna palabra, pues perder tan siquiera de forma parcial este conocimiento podría causar tu fracaso de la peor forma posible. Cuando termine de hablar, se agarrará del pecho y se arrancara las suturas restantes de una de sus más notorias cicatrices y comenzará a sangrar profusamente. Mientras él lentamente sangra hasta morir, llegará a ti con sus ensangrentadas suturas. Sus últimas palabras pueden ser oídas a través de su propia sangre brotante, “Escoger el buscar, lleva a un destino inevitable”.


Este grupo de suturas es el Objeto 10 de 538. Cómo los uses depende de lo que oigas.


Fuente: Creepypasta

viernes, 20 de enero de 2012

A los pies de tu cama

(Recomiendo que imaginen que es una voz susurrante y grave la que lee el relato)
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Hola, ¿cómo estás? ¿Sosegado y tranquilo?, pues… prepárate, porque hoy no es una de esas noches en las que crees que irán como las demás.


Posiblemente te dispongas a ir a la cama a sumergirte en tu propio mundo; meditar, relajarte… Hasta allí todo bien, pero ¿qué ocurriría si en lugar de sumergirte en tu propio mundo, te sumergieses en otros?


Quizás ya estés tumbado en tu cama, con la intención de escuchar la radio, como sueles hacer habitualmente. Posiblemente hayas tropezado con ese programa sobre misterio que tanto te cautiva; sin embargo, te muestras escéptico cuando te introducen en el mundo de los espíritus. ¿De verdad crees que todo es producto de nuestra imaginación? ¿Te atreverías a comprobar si eres tan escéptico como tú piensas?


Mira a tu alrededor. Supongo que te encuentras completamente a oscuras. ¡Ni se te ocurra encender la luz!, y si ya la tenías encendida… apágala. Vamos a comprobar hasta qué punto le eres fiel a tus creencias. Hagamos un trato. Si eres capaz de no sentir miedo durante todo el relato, podrás ser libre y seguir sin creer en fantasmas, pero, de lo contrario, si en algún momento sientes que se te eriza el vello, tu pulso se acelera y un escalofrío invade tu cuerpo hasta el punto de quedarte totalmente inmóvil, amigo, entonces estarás condenado a creer en fantasmas para toda la vida. Te perseguirán allá donde vayas y no volverás a pensar como antes. ¿Te apetece que juguemos?


Con la luz apagada, relájate y déjate llevar por mi voz, esta voz que atrapa tu mente. Estás tranquilo, relajado, sumergido en unos profundos pensamientos. La temperatura es agradable, ni frío, ni calor. Todo parece transcurrir con normalidad, ¡o eso crees!…


Mira hacia los pies de tu cama. Allí no hay nadie, pero… ¿no has sentido alguna vez la sensación de que alguien o algo te está observando fijamente con la intención de violentar tu tranquilidad? ¿Verdad que tienes el presentimiento de que algo está a punto de ocurrirte… y no precisamente agradable?


No apartes la vista de allí. Observa durante unos momentos esa parte de tu cama. Quizás comiences viendo sus pequeñas manos, que se van apoyando a tus pies, unas manos blancas, muy pálidas y huesudas que se agarran a la cama con la intención de incorporarse. Luego distingues lo que parece ser una cabellera negra… ¿Qué será?, o mejor dicho, ¿quién será?… Imagínate sus ojos completamente blancos que te examinan fijando su mirada amenazante en la tuya, consiguiendo que empieces a sentir verdadero pánico. ¡Sí!, ¡está sucediendo, no es tu imaginación! ni se trata de un sueño. La angustia y el terror se están apoderando de tu mente y no eres capaz de dominar la situación. Te preguntas qué está ocurriendo. No logras entender qué puede ser aquello; tu inquietud te lleva a volver a observar lo inexplicable.


Espera… ¿Dónde está? ¡Ya no lo tienes a los pies de tu cama!; aunque… sigues notando su presencia, ¿verdad?. Te has dado cuenta de que no estás solo. Pero ¿a dónde ha ido? Ni siquiera te atreves a mirar a tu alrededor. Sientes pánico. Quizás llegados a este punto del relato ya hayas perdido el juego. Pero sigamos jugando un poco más. Notas unas vibraciones en el colchón, como si algo se estuviese moviendo debajo de tu cama. Un ruido que proviene de allí abajo te alerta y sabes que hay algo escondido. Tienes la sensación de que de un momento a otro aquello saldrá y se aparecerá ante ti.


Sin llegar a girar completamente tus ojos, sientes que alguien se encuentra a tu lado y te observa detenidamente, incluso puedes oír su respiración agitada; sin embargo no consigues verlo con total claridad.


Sientes que su presencia está muy cerca, el pánico vuelve a apoderarse de ti. Quiere tocarte la cara pero… ¡no vayas a cubrírtela! Deja que haga lo que quiera. Si no lo haces, tu desenlace puede ser aún peor.


Te sigue observando con rostro de desagrado. ¡No le gustas!, y se encuentra muy enfadado. Sientes que su mano está a punto de rozar tu cara. ¿Notas su frialdad? ¿Qué sientes? ¿Llegas a percibir el tacto de su mano? Lo tienes a tan sólo unos centímetros de ti, por lo visto, quiere llevarte con él y aunque no lo creas, estás a punto de formar parte de su intrigante y escalofriante mundo…


¡Tranquilo! Todo ha terminado. Tomémonos un descanso. Ya puedes encender la luz, si es que te atreves.
Posiblemente ahora estés pensando que a pesar de haberte dejado llevar por la sugestión, y haber pasado miedo, sigues sin creer en fantasmas. Los fantasmas sólo están en tu mente. Pero… yo ahora quiero mi parte del trato. Eso fue lo que acordamos. Has sentido miedo y ahora te perseguirán allá donde vayas. Estás condenado a creer en fantasmas. ¿O sigues sin creer en ellos? Entonces, ¿a quién pertenece esta voz, que durante todo el relato, ha dominado tu mente?


Fuente: Creepypasta

miércoles, 18 de enero de 2012

Atención lectores

Hoy les traigo un vídeo que nada tiene que ver con creepypasta... o quizá si.
Creo que debemos concentrarnos en las cosas que importan y tomar consciencia de lo que hacen, hicieron y harán con nuestras vidas. Debemos hacer algo. No nos podemos quedar de brazos cruzados.
He conseguido una explicación de la Ley S.O.P.A que espero que vean todos aquellos que sepan español. No subo en inglés u otro idioma porque no puedo asegurar qué es lo que dicen.
Desde ya gracias a todos por apoyar.



lunes, 16 de enero de 2012

El pozo

Cansados de vivir unos largos quince años en nuestra casa de Lexington Road, mis padres, mi hermano menor y yo decidimos mudarnos a algún lugar nuevo, cambiar los aires y nuestro estilo de vida. Mi padre se volvió viejo y empezó a detestar la ciudad, y mi madre siempre hace lo que mi padre quiere, así que le aconsejó que nos vayamos de la ciudad para irnos a algún pueblecito tranquilo de por ahí cerca, sin alejarnos en demasía, por el trabajo de mi padre.


Buscamos en anuncios de diarios e internet y dimos con una casa de madera, tradicional, claramente vieja pero parecía espaciosa y además podía remodelarse sin grandes gastos, que se encontraba a no más de veinte kilómetros de la ciudad. El precio era asombrosamente barato, tan bajo, que al principio pensamos que se trataba del alquiler de la cabaña, pero era su venta completa. Una ganga que mis padres no pensaban desaprovechar.


Al mediodía siguiente, nos dirijimos en nuestro auto al que seguro sería nuestro nuevo hogar. Estaba en un lugar un tanto desolado, con algunas casas diseminadas con varios cientos de metros de diferencia entre ellas. Tenía como un aspecto melancólico, y se notaba que no vivía alguien allí desde hace algunos años. En la puerta de la misma había una mujer, con algunos cuadernos y documentos en sus brazos, mirando de izquierda a derecha tratando de reconocer a los que venían a comprar. Cuando estacionamos el auto, supuso correctamente que estábamos interesados en la casa y se acercó con una sonrisa de oreja a oreja.
¡Hola! ¿Vienen a comprar la casa, verdad? – preguntó jadeantemente la señora.
Así es… bueno primero querríamos verla y…
Sí, claro, claro… – dijo apresuradamente la mujer, interrumpiendo a mi padre.
Nos bajamos todos y entramos al lugar. Cuando la mujer abrió la puerta, levantó mas polvo y tierra que un helicóptero en el desierto. Numerosas telarañas se distribuían por los rincones de las paredes. Muchas tablas del suelo rechinaban y también me pareció haber escuchado el aleteo de algún murciélago. Mi padre y mi madre se miraron como diciendo “Esto está bastante mal”. La vendedora parecía preocupada. Sin embargo mi padre observó un poco más y dijo:
Bueno sigamos viendo…
La mujer nos mostró la cocina, el comedor, los baños y los dormitorios, todos igual de sucios y gastados como estaba la entrada. Finalmente, tras una dubitativa situación, mis padres firmaron y compraron la casa. Nos dijeron a mi hermano y a mí que aunque la casa estaba sucia y vieja, era muy barata y la arreglarían cuanto antes para que nos instalaramos allí. Yo acepté, sin embargo, Leo, mi hermano menor se veía un tanto preocupado.
Hay un pozo grande y feo en el jardín de atrás. Lo vi desde la ventana del dormitorio. – dijo Leo.
Ánimo chiquitín, eso se soluciona también. – respondió mi padre.
La vendedora estaba tratando de contener la exaltación que tenía al habernos vendido la casa, pero era imposible que no se notase. Parecía como si se hubiese sacado un peso de encima.


Nos volvimos a nuestra casa en la ciudad. Mi padre contrató algunos albañiles para limpiar la casa, pintarla y arreglar el piso y algunas paredes. Cuando transcurrieron dos semanas, y el trabajo se dio por finalizado, preparamos nuestras cosas y marchamos nuevamente la casa del pueblo, ahora para instalarnos definitivamente.


Llegamos, casi sobre el mediodía, junto con los fletes, que colocaron todos nuestros muebles dentro del hogar. Yo volé apresuradamente a mi cuarto, dejé mi ropa, mi equipo de musica y mi computadora portátil. Mi hermano ya se encontraba allí, y estaba mirando atentamente por la ventana.
¿Qué hay Leo? – le interrumpí -
El pozo. No lo taparon, y es feo – dijo preocupado mi hermano -
Vamos, es solo un pozo. Te lo voy a mostrar para que veas que no hay nada.
Mi hermano me miró con desonfianza, pero le sonreí y él repitió el gesto. Salimos hacia el jardín de atrás y nos acercamos al pozo. Me acerqué hacia él, casi sobre el borde, y miré para abajo. Me parecía que se trataba de un pozo muy profundo, porque estaba completamente oscuro. Tomé una piedra que estaba cerca mío y la lanzé adentro del gran hoyo. Tras varios segundos, se pudo escuchar un distante golpe, lo que afirmó mi teoría acerca de su profundidad.
Vaya, es un pozo peligroso, no deberías jugar cerca del él. – le dije a Leo -
Si ya lo sé – respondió él.
La campana que indicaba el almuerzo interrumpió nuestra conversación. Era una de las cosas particularmente extrañas de mi madre, aunque hay más. Nos pasamos la tarde ordenando la casa, y la verdad, debo admitir que es muy aburrido hacerlo, pero esta vez fue tan divertido que el ocaso llegó mucho antes de lo esperado. Cenamos y nos fuimos a dormir.
En el medio de la noche, me levanté para ir al baño. Cuando regresaba, no se porqué, tal vez sólo curiosidad, me asomé por la ventana para ver aquel pozo. Apenas la luz de la luna me permitía avistarlo. Obviamente, estaba todo tranquilo y normal. Me metí entre las sábanas otra vez, y me dormí al ratito.


A la mañana siguiente, tras un abundante desayuno, como de costumbre en mi familia, salimos al jardín a pasar el día. Mi padre, mi hermano y yo nos divertíamos con un partido de fútbol, mientras mi madre tomaba sol. De pronto, mi hermano interrumpe el partido para gritar:
¡Miren todos, un conejito!
Todos dirijimos la vista a donde indicaba el dedo índice de Leo. Efectivamente, un lindo conejito blanco saltaba entre los yuyos, y se aproximaba hacia el pozo. Mi hermano miraba con temor ahora, no quería un feo destino para la criatura, y salió disparado a rescatar al conejo. Mi padre y yo le perseguimos para evitar que la tragedia fuera para él. Finalmente mi padre atajó a Leo y lo retó. El conejo se volvió completamente abobado al acercarse al pozo, como atraído hacia él, y aunque quisimos evitarlo, el animal resbaló y cayó al hoyo.
Mi padre y yo nos agachamos para intentar ver algo, pero era una total penumbre allí dentro. Tras pocos segundos, una serie de gemidos y sollozos desgarradores salieron de abajo. Admito que me asusté un poco, eso no parecía un conejo muriendo. Tras esto, mi padre puso una cara de descomprensión total.
¿Cómo puede ser que un conejo se caiga en un pozo así de grande? ¿Que acaso no vio semejante agujero?.Encima le dije a los albañiles que lo tapen. Si serán vagos… – rezongaba mi padre.
La verdad que la serie de sucesos me impactó un poco, a mí y a todos los integrantes la familia, principalmente a mi hermano, que estaba particularmente afectado, y admitió haberse mareado un poco, casi al punto de vomitar, una reacción muy extraña. Cayó la noche y nos fuimos a dormir temprano, estresados por el día que tuvimos.


Me costó dormirme, daba vueltas entre las mantas, me dolía la cabeza. En un momento que estaba entre el sueño y el despertar, escuché un fuerte ruido. Abrí mis ojos súbitamente y moví mi cabeza de izquierda a derecha. En mi cuarto estaba todo en su lugar. No se bien porqué, fue una sospecha, me levanté y me asomé por la ventana para ver al misterioso pozo. Parecía estar todo bien. Sin embargo justo cuando me estaba por volver a meter en la cama, noté que mi hermano no estaba en la suya. Susurré su nombre para ver si respondía desde algún pasillo de la casa o desde el baño, pero fue inútil porque la respuesta no llegó. Fue entonces que escuché pisadas en el césped del jardín de atrás, y me asomé una vez más por la ventana. A quien ví, sino a mi hermano. Se encontraba caminando despacio, un tanto torpemente, se trastabillaba algunas veces. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando noté que su dirección era el peligroso y horrible pozo del jardín. Le grité desde la ventana, unas tres veces, cada vez más fuerte, pero ni siquiera se volteó para ver. Parecía hipnotizado, controlado por algo que le marcaba el camino al profundo agujero. Comenzé a transpirar fuertemente y a correr hacia la puerta, esquivé y hasta salté mueblería para llegar más rápido. Dado que era presa de la desesperación, me costó un poco abrir la llave de la puerta, pero finalmente, tras unos segundos que parecieron horas, lo logré. Corrí bordeando las paredes de la casa, debía dar media vuelta hasta llegar al jardín de atrás. Mientras corría gritaba una y otra vez “¡Leo! ¡Leo! ¡Leo!”, pero no respondía. Cuando llegúe al jardín miré hacia el pozo. Mi hermano estaba a solo algunos pasos de caerse. Corrí, pero tuve que detenerme, porque se me heló la sangre al ver que una silueta rojiza y ensangrentada se asomaba por el borde del misterioso agujero. Miré mas atentamente y noté una cara, horrible, diábolica, inhumana, que clavaba sus ojos sobre Leo, que estaba como poseído, y lo degustaba visualmente. Entonces, la criatura me vio a mí, y fue tan maquiavélica, tan perversa, tan macabra la sonrisa que me puso, que me caí al piso y me agarré de las piernas, completamente aterrado. Antes de desmayarme, noté como el horrible demonio del pozo le hacía el gesto a mi hermano con la mano, para que se acerque, y éste caía al agujero sin fin. También escuché los gritos de mi padre, que se había despertado con los míos y que ahora sufría la escena, como yo. Para cuando mis ojos se cerraron, mi padre estaba en el lecho del agujero, llorando, y mi hermano y el demonio, abajo, en la profundidades del infierno…


Fuente: Creepypastas

sábado, 14 de enero de 2012

The Grifter

"Lo postearon hace unos años, en el 2007 o el 08 bajo un link extranjero, con el OP (Original Poster) que posteó el link diciendo qué jodido estaba. 
Era realmente borroso, y de lo que puedo recordar, mostraba cosas extrañísimas, como una bañera llena de gusanos, pinturas antiguas derritiéndose, bosques, colores parpadeantes, texto en un lenguaje diferente (de lo que recuerdo), todo mientras una extraña voz tocaba lo que sonaba como un murmullo extraño, si es que han visto el video de 'there is nothing', similar a la misma voz, pero más indistinguible. 


Entonces se volvió un poco menos borroso, y había un video de un pequeño perrito siendo agarrado por el cuello, retorciéndose de dolor pero con gritos similares a los de un niño... luego mostró una guardería, con muchas cunas, todas con niños adentro, muertos. 
La cámara se acercó a una de las cunas y uno de los recién nacidos se levantó un poco, comenzó a llorar y sangrar de los ojos y boca. 
Luego otra toma de un sótano (como al inicio), con una mano deforme desapareciendo en un charco de sangre. Luego mostró más texto (alguien 'dijo' que el texto significaba 'tu raza es una que está muriendo'), con la imagen de una planta pudriéndose con rapidez, close ups de cadáveres. 
Y puedo describir que tenía casos de posesión demoniaca y exorcismos que claramente nunca han sido vistos fuera del país de origen de la cinta. Mientras esto pasa, la voz que habla calmadamente, comienza a gritar de dolor y sufrimiento, algo sumamente aterrador. Luego regresan los murmullos, como de una radio con mala recepción, a lo largo del video." 

lunes, 9 de enero de 2012

blindmaiden.com





Tal vez se trate solo de eso, de una nueva Leyenda Urbana, pero de no ser así, nos encontrariamos ante un suceso escalofriantemente desconcertante que nos llevaría, una vez más, a la terrible conclusión de que no existen límites ni fronteras para el horror. Un horror que se adapta camaleónicamente a los tiempos y se vale de todos sus eventos para manifestarse ante nosotros. 


Son muchos los que cuentan haber entrado en una página web llamada www.blindmaiden.com (blind maiden significa doncella ciega). Normalmente,si pretendes acceder a ella, por más que lo intentes, tu explorador no te lo permitirá y aparecera otras cosas ya que para hacerlo deberás cumplir tres condiciones. 


Encontrarte completamente solo,hacerlo exactamente en la medianoche de un dia sin luna y tener apagadas todas las luces de la casa. Entonces,solo entonces se te permitirá el acceso. 


Una vez dentro, enseguida tras un impactante viaje por las imágenes que ofrece, sin necesidad de que nadie te explique nada, comprenderás, como dice el slogan de presentación de la página, que estarás ante 'una experiencia real de horror absoluto'. Tendrás que emplear tus cincos sentidos y poner especial cuidado en no clickear, ni por error, el botón de 'Aceptar' en participar activamente en la experiencia. Si asi lo hicieses seria tu fin y quedarias transformado en una imagen más del amplio archivo de incautos que, antes que tu, osaron, tal vez incrédulos, tal vez curiosos, a probar esta experiencia. 


Pero ¿que es lo que se supone que ocurre una vez que haces clic sobre aquel botón? Para tu sorpresa y horror observarás en tu monitor como una siniestra silueta se pasea... por tu propia casa!!! Querrás despertar de lo que desearás que sea una pesadilla cuando veas como ese espectro se acerca y entra en la misma habitación en la que te encuentras... te verás en tu monitor a ti mismo,de espaldas... entonces sentirás su presencia detrás de ti... te girarás no pudiéndolo soportar más y... lo último que verás, antes de morir, será el rostro de la doncella ciega que, despiadadamente te arrancará los ojos... 


Como he dicho al principio, a mi, no me consta que sea verdad, y sinceramente, no pienso comprobarlo... si, lo reconozco, me da mucho miedo... pero yo les paso el reto a ustedes. ¿Te atreves a comprobarlo? ¿Se trata de una Leyenda Urbana, un montaje? ,o una terrible realidad...


Fuente: Taringa!

sábado, 7 de enero de 2012

Confianza, cáncer, sacrificio y venganza

Alex despertó ahogado. Olor a Azufre, luces rojas y ruidos metálicos impregnaban el ambiente. Intentó ponerse de pie, pero cadenas lo amarraban de pies y manos a una extraña estructura de acero. Se sentia agobiado,cansado, con ganas de gritar. El miedo lo consumia lentamente, desde los erizados vellos de su piel hasta lo mas profundo de su alma. Y sentia culpa. Culpa por algo que no recordaba.
Mientras intentaba inutilmente liberarse de sus ataduras, pudo divisar en medio de la oscuridad a una sombra caminando lento, hacia el.
Un verdugo, con aroma a muerte y rostro enmascarado, se le plantó en frente. En sus manos, cuatro diferentes elementos, irreconocibles. El Verdugo los dejo en el suelo y miro directo a los ojos de Alex.
- ¡Quien eres! ¡Dime quien carajos eres y que mierda hago acá! – Gritó Alex, desesperado.
El Verdugo tomó una especie de Navaja y se la mostró a Alex. En la navaja se podía leer la palabra “Confianza”.
- Esto es por la confianza traicionada. Por aquello que no supiste valorar. Por tu difunta esposa. Por Ema.
Alex se quedo de piedra, y dicho esto, El Verdugo corto en varias ocasiones el tronco del encadenado. Pecho, abdomen, la sangre corría y brotaba como agua de manantial, mientras el pobre desgraciado solo gritaba y se retorcía, sin poder hacer nada.
El Verdugo, después de varios ataques, limpió la navaja y la dejo donde estaba.
- Dime… dime porque haces esto… ¿Cómo conoces a Ema? ¡ Ni siquiera sabes de quién estás hablando!
El verdugo, como si no escuchara lo que Alex gritaba, le mostró un pica hielo, unido a un dispositivo eléctrico, en el que se podía leer la palabra “Cáncer”.
- Esto es por la enfermedad de tu Esposa, Maldito Infeliz. Esto es por el Cáncer que se ramificó y por el cual tú no hiciste nada, por cobarde, MALDITO INFELIZ.
Enterró el Pica Hielo sobre una herida abierta y dió la electricidad. 2500 Voltios recorrían por completo el cuerpo de Alex, cauterizando las heridas abiertas y reventando los nervios más débiles y expuestos. El dolor era infernal, tal como todo el lugar aquel. Humo y sangre salían de su cuerpo. El Verdugo apagó la maquina, viendo como Alex seguia retorciéndose, vomitando de tanto dolor.
Alex gritaba y lloraba, mientras se preguntaba como no habia muerto aun. Y mientras trataba de recuperar el aliento, El Verdugo recogia el siguiente elemento.
Una Hoz pequeña y de peligroso filo, con la palabra “Sacrificio” en ella. Alex se preparaba para lo peor.
- Esto es por el Sacrificio que hizo Ema al dejarte matarla. Traicionaste su CONFIANZA, abandonándola  dejándola atras por aquel CÁNCER que carcomía su cuerpo. Pudiste salvarla, pero la cobardía fue mayor. Creíste que acabando con su vida todo seria mejor, pero ella Permitió el SACRIFICIO para poder descansar de un MALDITO INFELIZ como tu.
Alex, incrédulo, lloraba y lloraba. Estaba cansado, sin energías para seguir gritando, sin energías para soportar más castigos. La Hoz Corto y perforo desde los pies hasta la cadera, y desde las muñecas hasta los hombros, exponiendo carne, nervios, arterias y huesos. Los gritos inexplicables hacían eco en el lugar. La luz roja hacia juego con la sangre esparcida por todo el lugar, y el aroma del Azufre era la menor de las preocupaciones. Espasmos y convulsiones atacaban le cuerpo del pobre Alex, deseando la Muerte desde lo más profundo de su expuesto Corazón.
- Yo… yo la amaba… no… no podía dejarla sufrir… sufrir así…
El Verdugo recogió el Hacha, el elemento que faltaba, en la cual se leia la palabra “Venganza”.
Alex, ya en sus suspiros mas débiles, soltó lagrimas silenciosas, mientras veía que Ema se sacaba la Mascara de verdugo y tomaba el hacha con ambas manos, apuntando al cuello.
- Esto es por lo que me hiciste, Maldito Infeliz. Por tu cobardía, por abandonarme. Te doy la Bienvenida al Infierno, PERRO MALDITO.
Alex cerró los ojos. Su cabeza rodó por la estructura metálica hasta golpear el suelo. El sonido de los Fierros chocando era agradable sin los gritos de aquel bastardo. Ema tomó los implementos, los limpió, los besó y caminó hacia una puerta. Detrás de ella, el cuerpo de Alex se regeneraba y volvía a su forma original, encadenado a aquella cosa de acero, completamente dormido. El castigo para él seria eterno, y para Ema, delicioso.

Fuente: Creepypastas | Creepypasta en español

jueves, 5 de enero de 2012

Escaleras

Cuando era un niño, mi familia se mudo a una vieja  casa de dos pisos con enormes cuartos vacíos y pisos que rechinaban al caminar. Mis dos padres trabajaban, así que constantemente me quedaba sola cuando regresaba de la escuela.





Una tarde cuando regrese de la escuela, no había electricidad, y la casa estaba totalmente obscura.


Grite: “Mama?”


Y escuche su voz: “Siiii?” Desde arriba en las escaleras.





Le volví a llamar mientras subía las escaleras para saber en que cuarto ella estaba, y otra vez escuche el “Siiii?”.  Como acabábamos de mudarnos, estábamos decorando la casa, y todavía no sabia muy bien moverme entre el laberinto de cuartos, pero seguro ella estaba en alguno de los mas lejanos, al fondo del pasillo principal.


Me sentí incomoda, pero me imagine que era natural, así que me apure para ver a mi mama, a sabiendas que mi presencia calmaría mis temores, como lo hace siempre la presencia de una madre. Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta del cuarto, escuche como la puerta principal se abría en el primer piso, y escuche a mi madre gritar: “Cariño, ya estas en casa?”. Di un brinco hacia atrás confundida, y corrí hacia abajo por las escaleras con ella, pero mientras corría, mire hacia el cuarto y vi como la puerta se abría lentamente con un craqueo. Por un pequeño momento, vi algo extraño ahí… No se que es lo que era, pero estoy segura de que me estaba observando.


Fuente: El diario de la oveja negra

miércoles, 4 de enero de 2012

La tundra

Los nativos de estos lugares dicen que hay un estrecho de Tundra justo al norte de aquí, el cual es habitado por espíritus benevolentes. Estos espíritus otorgan percepción y advertencia a los viajeros que llegan en la noche, una vez que el sol se ha desvanecido por completo y ha dejado al mundo  en la obscuridad.

Maneje en medio de la enorme envergadura de hielo y espere, esperando ver aunque sea una pequeña mirada de lo que fuera que esta gente adoraba. Ellos envían a sus niños a esta Tundra, envueltos de pieles de animales para evitar que se congelen cuando cumplen 15 años, para buscar una audiencia con estos espíritus. Una vez que los niños  han hecho esto, ellos corren a casa con sus padres para compartir s experiencia.


 Parejas comprometidas visitan esta Tundra antes de su boda. Todo el pueblo se queda en vela toda la noche hasta su retorno, ya al regresar, la pareja decidirá si continuaran con su matrimonio, o deciden abandonarlo. Los más ancianos, visitan la Tundra cuando se encuentran muy enfermos, normalmente empeorando su condición al permanecer toda la noche allí. Cuando regresan, sin  embargo, la mayoría de las veces regresan con aire de serenidad.

Así que espere, curioso de ver que clase de fenómeno puede inspirar a las personas de esta manera tan poderosa. Espere por horas, dentro mi camioneta. Espere por horas. Espere hasta sentir que moriría congelado, aun con mis gruesas ropas.


Pude escuchar al espíritu antes de que pudiera verlo. Un crujido en la nieve en el silencio de la noche me hizo saltar de mi camioneta y voltear. Un hombre encorvado, con la piel grisácea estaba parado a solo unos metros de mí. Con ojos tristes y amarillentos que me miraban a los ojos, ojos amarillentos dentro una cráneo del cual salían solo un par de grasosos cabellos. Respiraba muy pesadamente, con un tamborileo que chocaba en su frágil pecho. Uno de sus brazos lucia como si se hubiese destrozado, y como si se hubiese tratado de sanar así mismo de manera imperfecta. T trozos de carne putrefacta cayéndose mostraban sus débiles piernas. El hombre me miro, quizás por unos diez segundos, respirando en el helado aire y exhalando un vapor pesado y viscoso, antes de desaparecer cuando parpadeé.

Fuente: El diario de la oveja negra

lunes, 2 de enero de 2012

La avioneta





Año 1992, era un sábado cualquiera, estábamos yo con mis amigos jugando fútbol en una cancha cerca de mi hogar durante algunas horas. En éste día siempre se hacían partidos de fútbol por equipos, y justo en éste día estaba la cancha desocupada, y aprovechamos a ocuparla.


Estábamos muy entretenidos jugando, el calor era tremenda. De pronto nos dio una sed endemoniada y fui con algunos amigos nuestras respectivas casas.
Abrí el refrigerador, encontré varias botellas con agua mineral muy helada, bebidas, etc. Tomé una botella y me la bebí sin parar, mi tía en ese tiempo vivía conmigo, al igual que mis abuelos (Q.E.P.D), mi madre estaba conmigo sólo los fines de semana, ya que trabajaba en otra ciudad. Bueno, mi tía estaba escuchando música y haciendo el aseo en el comedor. Cuando de pronto escuchamos un fuerte estruendo en el techo de nuestra casa. Por vez primera pensábamos que era el equipo de música, no hicimos mucho caso, hasta que un nuevo estruendo se escuchó, ésta vez mucho más fuerte. Apagamos el equipo y salimos a mirar. Y lo que vimos fue algo impactante, en la cancha donde estaba yo jugando, se había estrellado una avioneta, se había partido en dos. El lugar de los hechos de pronto se llenó de gente impresionadas ante tal acontecimiento.


Al poco rato después, ambulancias, furgones policiales, helicópteros, llegaban al lugar. Algunas personas que se ofrecieron a ayudar, quedaron totalmente shockeadas al ver a los dos ocupantes de aquella avioneta. Era un hombre de más de 40 años, y una niña, su edad era más o menos de 12 años, era una niña preciosa, su cabello era castaño claro, sus ojos verdes. Éste día era seguro que no nos íbamos a olvidar nunca. Este hecho acaparó muchas portadas de diarios, hechos noticiosos del día, etc. Fue un tema de conversación durante mucho tiempo. Días después hicieron una pequeña animita, y todas las noches algunas personas prendían velas y rezaban por el eterno descanso de sus almas...................


Diez años después, unos chicos estaban conversando y bebiendo en un lugar cerca de la cancha, a altas horas de la noche, cuando de pronto se callaron repentinamente al ver una pequeña silueta levantarse desde lo oscuro, justo al lado de la animita, y caminar de un lado a otro, torpemente. Los chicos presentes sintieron un extraño escalofrío en sus cuerpos, se levantaron desde donde estaban sentados y se fueron de allí inmediatamente, un poco asustados a pesar de que estaban un poco bebidos... Cerca de la cancha hay un pequeño camarín, en donde van algunos jugadores a cambiarse de ropa, pero en las noches va un anciano a cuidar ese lugar. Él contaba a menudo que veía desde la ventana, a una hermosa niña de ojos verdes jugando cerca de la animita. Extrañado al verla tan tarde jugando en la noche, salía a la calle, pero en cosa de segundos, ella ya no estaba en el lugar.


También ocurrió una noche, en que un chofer de colectivos, llegaba a su hogar, después del ajetreado trabajo durante el día, estaba muy cansado, a punto de dormirse frente al volante. Cuando de pronto frena bruscamente al ver a una niña cruzarse frente de su vehículo, ella pedía que la llevara hasta su casa, él accedió y la llevó a su hogar. Ella le hablaba y le hablaba, él solamente la escuchaba, estaba asombrado por su belleza angelical. Hasta que llegan al lugar donde le dijo la niña, no le tomó más de diez minutos en llegar, pero al voltearse donde estaba, ella no estaba al lado suyo, miró hacia atrás, y tampoco no estaba, su cansancio desapareció inmediatamente. Asustado fue hablar con su señora lo que pasó, pero al saber de que se trataba de la niña que murió hace 13 años, no lo pudo creer......éstas y otras cosas paranormales han pasado aquí, del hombre no he escuchado nada de él.


Bueno ésta es la breve historia de lo que pasó aquí en mi barrio, en Playa Ancha, Valparaíso, de la terrible tragedia, pobre niña....y pobre caballero también ...Estoy en éstos momentos con mi lápiz y un papel escribiendo ésta historia, estoy en la calle, cerca de la animita, es de noche, son las una de la madrugada, sigo escribiendo sin dejar de mirar a una hermosa niña de ojos verdes mirándome con ternura, apareció de repente al frente mío, se que es ella, por sus características físicas, lo único que diré ahora es que...niña descansa en paz. 


Fuente: Forum Dofus

domingo, 1 de enero de 2012

Guardianes


¿Crees en los ángeles? si... estos seres alados que vienen del cielo... emm, en fin, ¿crees en los ángeles guardianes?. Has oido hablar de ellos, ¿cierto? dicen que todos tenemos uno, siempre está a nuestro cuidado en los peores casos.... ¿de verdad crees que es así? jajaja no, no lo son, no son ángeles, ni siquiera son buenos ¿sabes?. Pero valla que siempre están, siempre, tu no los verás, no porque sean invisibles, ellos... simplemente saben que los ignoraras, porque al final, tu no quieres verlos, ¿cierto?. No, no quieres, no te gustaría.


Ahora estás en tu PC leyendo esto, mentras el está detras tuyo, observandote, cuidando su fuente de alimento, con sus ojos rojos... valla odiosos que son. Pero allí están, si, cuando tu no te das cuenta, cada vez que vas a dormir y miras hacia el techo de tu habitación, no dejes de mirar hacia allí, quizá está al lado tuyo. O cuando duermes, ¿a que no te imaginas? te ve de frente, de hecho, eso le gusta. Cuando estás en la ducha y el jabón entra escurridizamente a tus ojos, está al frente tuyo. Que tal cuando entras a una habitación oscura, tus ojos aún no pueden ver nada, el está frente tuyo, pero tu no quieres que sea así, él lo sabe, así que no importa. A él no le gusta que sepas que existe ¿sabes?. Quizá tu crees que no le conoces, pero si que sabes quien fué, tu claramente te acuerdas de eso cuando vivía.


De hecho ahora está detras tuyo, si, pero no le mires... que no le gusta. 


Fuente: Forum Dofus